Uno de los principales problemas del sistema educativo anquilosado y caduco con el que contamos es que no se adapta a las especiales características de los niños de hoy en día. Como si de una fábrica de peones se tratase, muchos centros y educadores actúan como una punta de lanza de dicho sistema, por lo que los niños con capacidades innatas de desarrollo terminan por convertirse en unos incomprendidos, con la consiguiente frustración para ellos que puede conllevar. Pero ha llegado la hora de escapar de la pasividad, así que los padres y madres con mayor conciencia del problema deben unirse y poner los límites necesarios, creando plataformas, asociaciones o buscando apoyos dentro de los movimientos de la Nueva Educación, con un objetivo claro: NO se puede seguir consintiendo que traten a sus hijos de maneras tan arcaicas, sobre todo teniendo en cuanto que los avances psicopedagógicos son más que patentes.
Es muy común observar hoy en día que en la mayoría de colegios hay niños y niñas que son marginados por profesores y educadores, tildados frecuentemente de sufrir el llamado síndrome de trastorno de la atención sin o con hiperactividad. Si eres padre o madre de un niño así, probablemente sepas de qué hablo. Pero, lejos de tratarse de síndromes o trastornos de ningún tipo, muchos de estos niños presentan talentos innatos excepcionales, que les llevan a tener una mayor percepción y sensibilidad en los ámbitos fisiológicos, afectivos, emocionales, conductuales, éticos, cognitivos, sociales, psíquicos y hasta intuitivos. Si no son tratados de una manera adecuada a sus capacidades y diferencias, ¿no es normal que no muestren la más mínima atención o, por el contrario, se muestren hiperactivos para tratar de despertar la aletargada atención del educador que no los trata como deben?
Y es que muchos niños/as de hoy se caracterizan por tener mucha energía, por ser rápidos de mente (por lo que se aburren con facilidad), por resistirse a la autoridad que no les razona las cosas, por poder hacer varias cosas a la vez, por tener intereses precoces de orden intelectual y/o espiritual, por ser en ocasiones muy testarudos y por tener muy buen sentido del humor. Pero no siempre todas estas capacidades son bien vistas por ese educador cuadriculado, al estilo de la señorita Rottenmeyer que todos hemos tenido en alguna ocasión en nuestras vidas escolares. Si eres padre o madre de un niño con problemas así en su colegio y sientes un paralelismo entre lo que expongo y los comportamientos de tu hijo, igual ha llegado el momento de que no te quedes de brazos cruzados y pases a la acción. ¡Está en tus manos cambiar el rumbo de su educación!
De hecho, estos niños/as pueden frustrarse con facilidad, pero también son honestos e íntegros y con una capacidad de aprendizaje y captación de información innegable. Son muy sensibles, perceptivos, creativos, maduros, autónomos y muestran un amor por la naturaleza que ya quisiéramos para muchos adultos. Oscilan entre una fuerte autoestima y desalientos fuertes y una psicología ya modificada, basada en la expresión del sentimiento y no en su represión, por lo que hay que saber tratarlos con los mismas herramientas de afecto y comprensión.
¿Cómo hacer todo esto y llevarlo a la práctica? Por suerte para todos, educadores, pedagogos, psicólogos y antropólogos de todo el mundo se están uniendo en torno a un nuevo concepto de educación: una nueva forma de tratar las especificidades y especiales características de estos niños. Noemí Paymal y la Pedagooogía 3000 son un buen ejemplo de métodos integrales de educación, en donde tienen cabida las artes, el teatro, la danza, la música y todo tipo de juegos o cuentos creativos en donde el actor o el héroe manejen adecuadamente las emociones, con ejercicios que refuercen la autoestima y los pensamientos positivos. En definitiva, un cambio de mirada hacia una pedagogía que atienda a todos los niveles de desarrollo del ser humano.
¿Cómo aprenden estos niños?
«La enseñanza se debe basar en lo visual y en el movimiento más que en lo verbal. Incentivar actividades ligadas a la creatividad, la imaginación, lo artístico. Dejarles que hagan varias tareas a la vez (está en su naturaleza). Proponerles ejercicios que desarrollen la intuición y el pensamiento ráfaga o flash (extremadamente rápidos). Educarlos en la contención, no en los límites. Hay que darles responsabilidad y confianza.» (Noemi Paymal)
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Estoy muy emocionada por haber encontrado este tipo de información, pues intuitivamente estaba adivinando que algo está pasando con los niños «nuevos» y que también nosotros como adultos debemos pensar y actuar diferente, cambiar paradigmas. Claro que para ello hace falta una gran preparación y nuevso conocimientos. Seremos capaces de entenderlo y de asumirlo, tanto los padres jóvenes como los abuelos?