¿Puede el Pico del PETRÓLEO condicionar nuestras vidas a corto plazo?

En 1970 se producían unos 9,6 millones de barriles de petróleo al día (mbd) en EEUU, un dato que en la actualidad ha descendido hasta llegar a los poco más de 5,5 mbd. Esta tasa de extracción es uno de los argumentos de la teoría del Peak Oil o Pico del Petróleo, que como cualquier otro recurso finito que se precie, toma forma de campana en lo a que su extracción se refiere: en una fase inicial crece rápidamente porque es fácil, pero a medida que se accede a puntos más profundos, por simple lógica, cuesta más esfuerzo extraerlo. Ello explicaría, en parte, esta disminución de la producción. Por desgracia, hemos llegado a un límite en el que el petróleo es imprescindible para el funcionamiento de las sociedades modernas, totalmente interconectadas y en donde la energía fácil y barata ha condicionado absolutamente todo: los transportes, la alimentación, la movilidad… Dado que el petróleo es una energía agotable y su consumo ha sido intensivo durante décadas, la amplia demanda presiona sobre la escasa oferta en términos relativos y se da paso a la especulación, con subidas de precios especialmente asfixiantes en épocas de crisis como la actual. ¿Realmente estamos ante un cambio de ciclo? ¿Se aproxima el fin del petróleo y del mundo tal y como lo hemos conocido en el último siglo? Aportamos tres reflexiones a tener en cuenta.

1) LA TASA DE RETORNO ENERGÉTICO (TRE) DEL PETRÓLEO

La Tasa de Retorno Energético (TRE) o Energy Return on Investment (EROI o también EROEI) es el cociente entre la energía obtenida y la utilizada para obtenerla. En la extracción del petróleo es un dato muy a tener en cuenta. A principios del siglo XX, la Tasa de Retorno Energético de un país que ha sido extremadamente consumidor como EEUU era de 1 a 100. Por cada barril de petróleo que se usaba, se obtenían otros 100. Sin duda, una fórmula más que rentable. No hace falta llegar al punto en el que se gaste más energía de la que se obtiene para considerar como insostenible a un sistema: algunos analistas sostienen que una TRE por debajo de 5 es insostenible y la realidad a día de hoy con el petróleo, con pozos cada vez más inhóspitos y con condiciones más complicadas de extracción, es que el TRE en EEUU está en torno al 10. Y en otros países como China, Noruega o incluso mecas del petróleo como Arabia Saudí o Venezuela se comienzan a apreciar signos de agotamiento.

2) ALTERNATIVAS ENERGÉTICAS

En una sociedad donde el supuesto bienestar y el progreso tecnológico e industrial va directamente proporcional al consumo de energía, la alternativa al probable colapso del petróleo implica buscar otras fuentes energéticas. Frente a la merma de las reservas fósiles naturales, el reto supone enfrentar nuevas tecnologías que permitan hacer frente a estas necesidades energéticas y promuevan un desarrollo sostenible. Las fuentes de energía primaria ligadas a combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural o el carbón aportan el 80% de la energía total que consumimos.

¿Cuáles son las alternativas? El otro 20% está repartido entre energía nuclear, hidroeléctrica y otras energías renovables. Si atendemos a que el rendimiento de alternativas como la energía solar se reducen arrastradas por su fuerte dependencia de los combustibles fósiles, dado que también se necesita petróleo para obtener los materiales, transportarlos o fabricar las placas, el futuro se presenta incierto. Para los defensores de la energía nuclear, otro dato: si se considera el gasto del desmantelamiento de las centrales y el almacenamiento de residuos durante muchas generaciones, más allá del gasto de la propia central o de la extracción de uranio, el TRE es… ¡inferior a 1!

3) EL TRANSPORTE AÉREO

Otro dato para la reflexión. Los viajes en avión suponen más del 40 por ciento del total de emisiones de CO2 que se producen en la atmósfera y, aproximadamente, se producen más de 1.000 millones de desplazamientos al año a nivel mundial. Las emisiones de CO2 se producen debido al gasto de combustible que, en el caso de desplazamientos cortos, pueden sobrepasar los 10 litros por persona cada 100 kilómetros (debido al sobregasto que supone el despegue), frente al 1,7 del tren o tranvía o los 2,7 del autobús. Precisamente, son las compañías aéreas las que han propiciado un antes y un después dentro del sector turístico, democratizando el uso del transporte aéreo con precios súper competitivos sobre todo en vuelos de radio corto y medio, los que más gasto de combustible por pasajero requieren.

Un modelo de negocio que se ha basado en la reducción de costes e introduciendo una competencia por precios que ha lastrado a numerosas compañías. ¿Hay algún techo para esta situación? La realidad es que el barril de Brent está cotizando a 123,90 dólares, acercándose poco a poco a los históricos 147,50 dólares que alcanzó en julio de 2008. El futuro incierto que proporciona la inestabilidad de Irán, uno de los principales exportadores de crudo a Europa, plantea interrogantes. Con los precios del petróleo al alza, ¿podrá mantenerse el actual modelo de transporte áereo? De momento, con sólo dos meses de andadura, este 2012 promete traer sorpresas. Desde el 20 de enero hasta la fecha, ya son seis las aerolíneas que han quebrado, no sólo tradicionales sino también low cost: la checa Czech Connect, la alemana Cirrus Airlines, la española Spanair, la húngara Malév,  la austríaca Air Alps, la australiana Air Australia o la zimbabwense Air Zimbabwe. Ahí queda eso.

Javier Tejera

Formado en comunicación y turismo, fue en el sector turístico donde precisamente comenzó a apreciar la necesidad de un giro a la hora de viajar y practicar turismo. Considera que un viaje responsable no sólo se reduce a una adecuada práctica medioambiental, sino que debe resumir todas las habilidades que se suponen implícitas a las buenas relaciones personales, aunque no siempre es así. Tal vez resulte paradójico pensar que todo viaje debe convertirse en un intercambio social y cultural, pero... ¿por qué no intentarlo? Con experiencia profesional contrastada en medios de comunicación y en entidades públicas y privadas dentro del sector turístico, es uno de los fundadores de Ecotumismo y lleva la gestión editorial y coordinación de proyectos desde su puesta en marcha en 2009. En esta última etapa de su vida profesional ha adquirido experiencia nacional e internacional en el marco de proyectos vinculados al turismo responsable trabajando como consultor freelance a través de Ecotouristing. Además ha adquirido un notable conocimiento de la realidad actual del sector del turismo rural en España, gracias a su trabajo como responsable de comunicación y coordinación de proyectos con la Fundación Ecoagroturismo. A principios de 2013 se ha incorporado al equipo del portal de turismo temático Turinea para dar soporte en tareas de comunicación y marketing, además de desarrollar el proyecto Rutas turísticas y Paisajes Sonoros. Una innovadora iniciativa para poner en valor una red de rutas turísticas basadas en experiencias sensoriales etnográfico-culturales y ambientales, con la premisa de fomentar un tipo de turismo responsable y sostenible. Se enfatizará el carácter innovador del proyecto a través de herramientas sonoras al servicio de las nuevas tecnologías, que servirán como elemento clave de conservación cultural, como instrumento de promoción y como hilo conductor de las diferentes propuestas.

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