Los últimos años pasarán a los anales del turismo como aquellos en los que viajar sin conciencia pasó de moda. Hasta hace poco se justificaban las vacaciones con trabajo duro y la frase típica, justa e internacional de “me lo he ganado” pero, en la actualidad, la conciencia ecológica no da marcha atrás. Uno comienza a sentirse obligado a buscar cierta compensación por las emisiones de carbono que generan nuestros movimientos alrededor del planeta. Al menos, ya no somos tan irresponsables y de vez en cuando la idea se nos cruza por la cabeza. El ruido alrededor del cuidado del medio ambiente, de opciones en torno a agro-turismos o trabajos de voluntariado están abriendo una nueva dimensión a la hora de viajar. Una opción en este sentido es viajar a Tailandia y particularmente a Chiang Mai. Mientras los viajes basados en la naturaleza obtienen bastante atención en los hoteles y en los paquetes de viaje, las oportunidades de voluntariado suelen pasarse por alto. Es una lástima, porque colaborar con una buena causa es una de las maneras más gratificantes de conocer los lugares que visitas.
También es una forma de poner a la persona en contacto directo con la población local en un ambiente genuino y no creado sólo para los turistas, lo cuál es básico para integrarte en la realidad que estás visitando. Los viajeros independientes pueden organizarse por su cuenta viajes solidarios de este tipo, pero a veces es difícil encontrar pequeñas fundaciones, en donde se suelen desarrollar los proyectos más interesantes. Las agencias que a cambio de un pago consiguen trabajos voluntarios son útiles para los que tienen poco tiempo. Pese a que pagar para ayudar sea una opción extraña para muchos, estas empresas aseguran el impacto de la propia labor, ya que operan con proyectos organizados para maximizar el resultado de los esfuerzos a corto plazo.
Chiang Mai está repleta de potenciales proyectos de voluntariado, pero estos son algunos de los más destacados en curso:
Voluntario en orfanato
El gobierno de Chiang Mai administra el orfanato Viengping, que se encuentra cerca del Ayuntamiento de la ciudad y da la bienvenida a los visitantes extranjeros que quieren jugar al aire libre con los niños después de clases. Estos niños tienen todo tipo de historias detrás: algunos son huérfanos de verdad, otros han sido abandonados o maltratados. Viengping es enorme y funcional, aunque un poco triste, por lo que los niños realmente disfrutan de la oportunidad de conocer e interactuar con personas de lugares tan lejanos.
Además de gigantes como Viengping, hay una serie de pequeñas fundaciones y centros de gestión privada. Estos lugares pequeños siempre necesitan ayuda, aunque por lo general son reacios a aceptar voluntarios que vienen y van e impactan sin cuidado en la vida de los niños. Muchos de estos proyectos son financiados por las fundaciones cristianas y, prácticamente todos ellos, son más receptivos a los voluntarios dispuestos a asumir compromisos a medio plazo, al menos seis semanas como mínimo. Dos entidades de particular interés son el hogar Agape para los niños con Sida y la Casa Wildflower, que es un refugio para madres solteras en situación de crisis.
Bañar a los Elefantes
Para ser justos, en general son ellos los que se bañan, pero… ¿quién no ha soñado con montar un elefante, guiarlo a través de la selva y bañarlo en el río? Los centros no vienen a cumplir simplemente con nuestros deseos del “Libro de la Selva”, sino que buscan resolver el problema de desempleo de estos animales. Antaño los elefantes arrastraban troncos de madera y eran utilizados para el transporte de elementos pesados, pero con la llegada de los tractores y los Parques Nacionales, se han reducido las posibilidades de trabajo de estos animales. Los centros de conservación del elefante han surgido alrededor de Tailandia para darles algo que hacer, aunque sea posar para cuadros, patear balones de fútbol o darse un baño como si fueran adolescentes. Una opción interesante es el Elephant Nature Park, en donde se ofertan programas de voluntariado con vacantes como ayudantes generales, veterinarios y estudiantes de veterinaria.
Prácticas profesionales
En Chiang Mai, varios institutos y ONGs están abiertos a trabajar con voluntarios. Pocos ofrecen algún tipo de salario y la mayor parte del trabajo se consigue a través de agencias locales que cobran una cuota por colocación. En este sentido, la principal ventaja es poder mejorar tu curriculum con una gran experiencia internacional. Ahora mismo, las mejores prácticas en Chiang Mai son para estudiantes de medicina. Varios hospitales privados, cerca del centro de la ciudad, contratan a los estudiantes y los colocan con los equipos médicos de habla inglesa. Los estudiantes son supervisados de cerca y pueden realizar rondas, ayudar a los médicos y observar todos los procedimientos. Los internos cualificados suelen disfrutar de mayores niveles de responsabilidad, pero el nivel de acceso es alto en comparación con prácticas profesionales en Occidente. El programa a cargo de Friends for Asia está bien organizado. Su fundador (un veterano del Cuerpo de Paz) es un excelente mentor para los voluntarios en Chiang Mai.
Enseñar a los Monjes
Al reservar un hotel en Chiang Mai, es difícil encontrar establecimientos con vistas a los templos. Pero la opción de enseñar a monjes resuelve este inconveniente. Esta ciudad cuenta con decenas de escuelas monasterios, donde los niños de familias rurales o empobrecidas obtienen educación gratuita. Los alumnos son todos monjes, es decir, túnicas azafrán con cabezas rapadas. La mayoría vuelven a ser laicos cuando se gradúan. El inglés es parte del programa regular y los administradores de las escuelas, también monjes, suelen buscar a occidentales para ayudar con la enseñanza y la práctica del idioma.
Vale la pena el esfuerzo, ya que enseñar inglés en un monasterio ofrece a los visitantes un nivel de acceso a los templos del que no gozarían en otras circunstancias. Todos los detalles, desde la meditación de la mañana a la original versión del almuerzo escolar, hacen que esta sea una de las más memorables experiencias de viajes que una persona puede tener.
soy miguel y trabajajo apoyando a los jovenes en enseñanza de musica y conocer lo que tien ahora estoy en colta ayacucho y nesesito ayuda con profesores que quieran ayudar