La formación y la educación no son una cuestión ajena, ni mucho menos, al movimiento Slow Food, con el que nos sentimos tan identificados en Ecotumismo. Precisamente, al hilo de esto, queremos traeros hoy una propuesta para aquellos jóvenes que no tengáis todavía claro cuál puede ser vuestro futuro profesional. Si quieres dedicarte al mundo de la gastronomía, pero tus inquietudes van más allá que ser un cocinero vanguardista o montar un restaurante, si te interesa salvaguardar los métodos agrarios tradicionales, proteger la biodiversidad alimentaria y construir una relación sostenible entre la gastronomía y la ciencia agroalimentaria, entonces tenemos la respuesta a tus motivaciones. La Universidad de las Ciencias Gastronómicas, fundada en 2004 por Slow Food y con sede en Italia, es una institución educativa que forma a jóvenes y no tan jóvenes en el mundo gastronómico bajo los preceptos de la filosofía Slow Food. Si te interesa la idea, debes saber que en breve podrás comenzar tu camino hacia la sostenibilidad gastronómica, a ritmo lento eso sí, desde España, gracias al acuerdo de colaboración firmado por la Cámara de Comercio de Oviedo y Slow Food. Gracias al mismo, la futura Universidad Gastronómica de Oviedo será algo así como una cantera de talentos, en donde la gente pueda empezar y, cuando se planteen qué hacer después, vean la Universidad de las Ciencias Gastronómicas de Slow Food como el centro idóneo para desarrollar su especialidad.
La Universidad de las Ciencias Gastronómicas, ubicada en las regiones italianas del Piamonte y Emilia-Romagna, trabaja para formar nuevos profesionales polifacéticos y crear la figura del gastrónomo, con competencias en la producción, distribución, promoción y comunicación de productos alimentarios de alta calidad. Los gastrónomos son, algo así, como la siguiente generación de educadores e innovadores, redactores y locutores de medios audiovisuales, vendedores de buenos productos y de empresarios y directores de turismo. A la Universidad de las Ciencias Gastronómicas llegan estudiantes de todo el mundo, obteniendo experiencias valiosas en la elaboración y producción de comidas artesanas, gracias a una educación complementaria tanto en ciencias y humanidades, trabajan los sentidos y aprendiendo gracias a seminarios prácticos gracias a viajes por los cinco continentes durante sus estudios. Por ejemplo, durante este mes de febrero 25 estudiantes de los programas Máster han pasado 12 días en España y Portugal conociendo la historia, tradiciones, cultura y productos locales de ambos países, como el aceite, el queso, el vino, licores o variedades de carnes.
Hasta la fecha, aproximadamente 600 estudiantes han pasado por la Universidad de las Ciencias Gastronómicas, que se han formado en cualquier de los programas educativos disponibles. Por un lado, la diplomatura de tres años en Ciencias Gastronómicas o la diplomatura de dos años en Gastronomía y Comunicación alimentaria. Por otro lado, la Universidad de las Ciencias Gastronómicas oferta dos interesantísimas propuestas de masters: el primero en Gastronomía italiana y Turismo y, el segundo, en Cultura Alimentaria y Comunicación. Para aquellos alumnos españoles interesados en cualquiera de estas opciones que, de momento, prefieran no abandonar nuestro país, hay una alternativa. El proyecto de la Escuela de Hostelería de Oviedo, paralizado durante los últimos años, ha despertado y lo ha hecho por todo lo alto. La Cámara de Comercio de esta ciudad asturiana ha cogido el toro por los cuernos y ha convertido una sencilla escuela de gestores, cocineros y camareros en toda una Universidad Gastronómica, cuyos aspectos definitorios serán la innovación y el desarrollo.
Este centro educativo tendrá una clara visión internacional, ya que la Cámara de Comercio ovetense ya ha alcanzado acuerdos con la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Bra (Italia), que esta considerada como la más importante del mundo en su categoría, y la Escuela de Hostelería de Lausanne (Suiza), una de las principales escuelas internacionales de grandes cocineros. Ambas, no sólo la de Bra, son exponentes del movimiento Slow Food, nacido impedir la desaparición de las gastronomías tradicionales, lo que además interesa mucho en Asturias debido a la importancia que pretende darse al producto autóctono. Lo que interesa en Bra o en Lausanne es que Oviedo sea algo así como su cantera, que la gente empiece y, cuando se planteen cuál es el siguiente paso en el camino, vean estas universidades como los centros idóneos para desarrollar su especialidad. Sin duda, una magnífica forma de volcar todo vuestro espíritu gastronómico en la defensa de los valores agroalimentarios locales vinculados al territorio, ¡despacito y con buena letra!
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Sin duda una gran noticia Javier. La educación es la base del cambio y me alegra enormemente comprobar que, poco a poco (slowly y con buena letra); los centros educativos empiecen a apostar por estas modalidades educativas tan necesarias.