La búsqueda de la sostenibilidad en el turismo va camino de convertirse en un objetivo prioritario para todos los destinos y segmentos que se precien en este país. No se trata ahora de demonizar intentos, ni mucho menos, pero leo estos días que el Convention Bureau de la Costa del Sol ha organizado unas jornadas sobre sostenibilidad para fomentar las buenas prácticas en el sector del Turismo de Congresos. Esta acción surge al hilo del proyecto ‘Costa del Sol, destino responsable, destino sostenible. Unidos por un compromiso’, que el Patronato de la Costa del Sol ha venido anunciando a bombo y platillo en los últimos meses. Este «ambicioso proyecto», en palabras del ente promocional, aspira a transformar el sistema de desarrollo turístico de la Costa del Sol y cambiar tanto su imagen, como su posicionamiento actual. La iniciativa contempla acciones similares a los acuerdos adoptados en la reunión informal de ministros europeos de Turismo celebrada en abril y que se recogen en la denominada ‘Declaración de Madrid’. Esto significa que ya, de entrada, hablamos de humo adornado con buenas palabras, porque de esa declaración al día de la fecha todavía no se han desprendido acciones concretas. En cualquier caso, y volviendo al tema que nos ocupa, ¿realmente puede la Costa del Sol posicionarse como un destino sostenible y responsable? Quién más, quién menos, tiene una imagen predeterminada de este famoso destino español metida en la cabeza… y cuanto menos, la cosa puede parece a día de hoy un poco utópica. Esto se merece un análisis…
Vaya por delante que la Costa del Sol es un lugar que me trae muy buenos recuerdos. No en vano, allí pasé varios años de mi vida y allí, incluso, llegue a trabajar en el Patronato de la Costa del Sol durante unos meses. Es por eso que quizás siento la obligación de posicionarme y escribir algo al respecto. Hablamos de un destino pionero en muchos sentidos, surgido del mismo impulso emprendedor que tuvieron varias zonas en España para posicionarse en su día como una alternativa de mejora socioeconómica para el país. En ese sentido, podríamos meter a la Costa del Sol en el mismo saco que a Benidorm, pero no sólo en el mal sentido de la palabra. En un contexto difícil, estos destinos tiraron del carro del resto del país y vislumbraron un futuro mejor, aunque con el tiempo se ha demostrado que el precio que pagaron ha sido, tal vez, demasiado alto. Hablar de turismo sostenible y responsable cuando se cuenta con un océano de hormigón y cemento por toda la costa es un tanto descabellado, aunque no imposible.
Pero la cosa no se reduce a eso. El principal problema de la Costa del Sol no es que esté totalmente construida allá donde vayas, sino lo que implica todas esas construcciones. La especulación urbanística se ha visto reflejada, principalmente, en torno al turismo residencial que durante años y años se ha vendido en la zona. Claro… hablar de respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades que conforman el destino, cuando muchas de sus poblaciones están semivacías la mitad del año, resulta bastante difícil. La estacionalidad de la demanda tampoco ayuda, aunque en ese sentido la oferta de turismo de congresos puede paliar en parte los efectos. En cualquier caso, ¿cuantos congresos son necesarios organizar para que se compense una cosa con la otra? ¿Es eso sostenible? Me asaltan las dudas… Volviendo al océano de hormigón y cemento, y dando por comentada la cuestión ligada al turismo residencial, hay otra reflexión que merece la pena reseñar.
La planta hotelera y extrahotelera de la Costa del Sol, ligada a todas estas construcciones, es una de las mayores de toda España. ¿Que pasa cuando es necesario llegar a un nivel de estancia minima, para cubrir el umbral de rentabilidad de un hotel, y éste no llega? En un contexto de crisis como el actual y en una zona altamente competitiva como la Costa del Sol, en donde un hotel suele tener varios más alrededor, tristemente la solución suele ser entrar en una guerra de precios que no ayuda en nada a posicionar el destino en términos de calidad y, mucho menos, de sostenibilidad. Eso cuando el hotel no se pone reducir al máximo el tiempo que permanece abierto o, directamente, echa el cierre definitivo y se queda ahí como magnífico adorno urbanístico. Esto no contribuye a que el turismo sostenible sea, no solo una necesaria y urgente defensa del medioambiente, sino también del paisaje… y además en la Costa del Sol existe la mayor concentración de campos de golf de toda Europa. Por mucha eficiencia en la gestión de los recursos que puedan poner en marcha, yo lo veo como otro inconveniente.
Todo esto por no hablar del monocultivo económico de una provincia que, a día de hoy, cuenta con una población que vive directa o indirectamente del turismo en su gran mayoría. ¿Cómo paliar una dependencia tan grande hacia un solo sector en un territorio conformado por y para la actividad turística? Resulta complicado pero supongo que no será imposible. En este sentido, el proyecto está diseñado a largo plazo y desde luego que, antes que no hacer nada, está bien plantear un lavado de cara estructural a un destino que, a grandes rasgos, está obsoleto en muchos aspectos. Simplemente, como suelo decir en casos similares, hay que andarse con ojo y mirar con lupa, sabiendo tener la suficiente mirada crítica como para distinguir casos y casos. La Costa del Sol, un destino responsable y sostenible, puede que sí… pero, en términos medioambientales, sociales, económicos, culturales y paisajísticos, desde luego que le queda aún mucho camino por recorrer .
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«La Costa del Sol, un destino responsable y sostenible, puede que sí… pero, en términos medioambientales, sociales, económicos, culturales y paisajísticos, desde luego que le queda aún mucho camino por recorrer.»
Sí en terminos medioambientales, sociales, económicos y paisajísticos un destino no puede pretender alcanzar la sostenibilidad NO ES SOSTENIBLE NI RESPONSABLE.
Me parece perfecto que intentemos lavar nuestra imagen pero tengo la ligera sospecha de que todo quedará en eso, un lavado de cara frente a los medios. Para que nuestra costa sea sostenible y responsable necesitamos un cambio radical y profundo de nuestra sociedad y nuestro paisaje, cosa que no va a ocurrir ya que estamos dormidos.
Hola Javier,
Qué bueno que hayas tocado este tema. Estoy contigo, la costa del Sol es un producto de obvia naturaleza insostenible. Lo único que me congratula de la noticia (no la que Ecotumismo publica, sino la que publicó Nexotur vía Convention Bureau Costa del Sol) es que se creen unas jornadas en la que se trate el tema de la sostenibilidad turística (algo que me parece básico: que se trate, se analice y se forme en responsabilidad turística).
Reconvertir un modelo tan cementado y arraigado es tremendamente arduo. Bien sabemos que es bastante improbable que la reconversión llegue a ser total, si es que siquiera se llega a plantear como tal.
¿Lavado de cara versus greenwashing? Es probable. Lo que es espeluznante y amoral es que se pretenda vender este destino cómo sostenible; cosa que ya me tocó oir de boca de la política de turno de la Costa del Sol en las V Jornadas sobre Turismo Social en Málaga (cómo diríamos aqui: «pa rasgarse las vestiuras»).
Un abraforte desde Cádiz y mi siempre enhorabuena por vuestra labor :-))
Amigo Javier, para nada queremos decir a bombo y platillo que somos un destino sostenible, sino que la organización de las jornadas a las que haces referencia en tu artículo eran justamente con el objetivo de servir para el intercambio de experiencias y el fomento de la sostenibilidad en el sector del turismo de reuniones y eventos como oportunidad de negocio para el desarrollo de la Costa del Sol en los próximos años.Empezar a poner las bases para que en un futuro podamos serlo que es de lo que se trata.
Para ello, hemos contado con una mesa de trabajo que se ha involucrado en la organización de estas jornadas a lo largo de más de un año de forma desinteresada y han logrado que se pueda empezar a trabajar en ello.
Durante las jornadas se presentaron diferentes casos de éxito dentro del ámbito público y privado a través de la intervención de empresas y representantes de instituciones que están siendo pioneras en la materia y confío en que estos casos supongan una oportunidad de negocio para mejorar la competitividad de nuestro destino en aras a producir un retorno de la inversión.
Para nosotros ha sido una experiencia importante pues nos reunimos un grupo de profesionales del sector para analizar las estrategias que debemos llevar a cabo en aras a lograr un destino sostenible y estoy convencida de que aunque hay que seguir trabajando estamos en el camino adecuado, ya sabes se hace el camino al andar.
El Patronato Provincial de Turismo está convencido de la necesidad de construir un destino más competitivo ante los numerosos competidores de destinos emergentes y la evidencia de un nuevo tipo de cliente que demanda de forma creciente destinos acordes a los criterios de sensibilidad social y medioambiental.
Entre los temas a tratar en estas jornadas figuraron Tendencias en Sostenibilidad, la sostenibilidad como herramienta para aumentar ventas y crear marca, así como casos prácticos de eventos sostenibles y la presentación del proyecto Costa del Sol destino responsable, destino sostenible.
Confíamos en que este encuentro haya servido de intercambio de experiencias para fomentar la sostenibilidad en el segmento de congresos y Reuniones y que este proyecto o nos lleve a lograr una Costa del Sol, destino sostenible, pero como te digo somos conscientes de que hay mucho por hacer y de que en esta tarea es imprescindible la cooperación público privada. Un abrazo Javier
Hola Julia:
Muchas gracias por tu comentario y por la información.
Bienvenida sea la organización de jornadas de este tipo y más si el propósito es ese. Como digo en el artículo, supongo que será complicado pero no imposible lograr en un futuro que un destino como la Costa del Sol sea sostenible. Antes que no hacer nada, evidentemente que las buenas intenciones cuentan.
El problema no es vuestro sino general. El uso generalizado del término de turismo sostenible está desvirtuando el concepto y haciendo que pierda significado. Aunque no os vendáis como tal, el nombre del proyecto: ‘Costa del Sol, destino responsable, destino sostenible. Unidos por un compromiso’, puede llevar a equívocos al que no sepa lo que implica y lo que no.
Es evidente que quedan muchísimas cosas por hacer para que la Costa del Sol sea un destino sostenible, tal y como también comento en el artículo, pero me consta que en el Patronato se quiere trabajar para que ese cambio sea tangible y real, aunque para ello haya que esperar bastante tiempo aún.
Un abrazo!