Movimiento Slow
En Ecotumismo nos sentimos plenamente identificados con el Movimiento Slow, una corriente surgida al amparo del impulso del italiano Carlo Petrini, allá por los años 80, para combatir el estrés que produce nuestro ritmo diario de vida, algo que sin duda se ha visto incrementado con el paso de los años. Surgió en su día para combatir el auge de los restaurantes de comida rápida, por lo que en un principio perseguía impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales y combatir la falta de interés general por la nutrición, por los orígenes, los sabores y las consecuencias de nuestras opciones alimentarias.
La filosofía Slow Food apareció en escena, más que como un simple estilo de vida, como una imperiosa necesidad de luchar por valores casi en peligro en extinción. En ese sentido, reflexionemos un momento: habrá gente que le guste la comida rápida o fast food, pero si su auge condiciona todas estas tradiciones, orígenes y hábitos alimenticios que han formado parte de nuestra cultura durante años o incluso siglos, ¿es sostenible este apogeo? ¿Resulta sostenible que una cosa crezca a costa de la otra? Desde luego que no lo es… En los últimos 50 años hemos confundido el valor por el precio, hasta el punto de que la comida en sí ya no tiene valor, sólo tiene un precio.