Ecología
Se dice que la industria agroalimentaria a nivel mundial es la causante del 11-15% de las emisiones totales de CO2 en la atmósfera. Una cifra que, añadidos los sobrecostes de la deforestación, el uso de fertilizantes químicos, los envasados, la refrigeración o el transporte, se puede disparar hasta el 44-57%. Bajo este planteamiento, es fácil deducir que el modelo agroindustrial que se ha desarrollado en el planeta en las últimas décadas es el causante directo de esta situación. El acceso generalizado en países del ‘primer mundo’ de productos fuera de temporada o de variedades y alimentos exóticos o tropicales ha conllevado que sólo el transporte sea la razón del 40% de la energía final consumida en todo el proceso de producción de alimentos hasta llegar a un plato. Esto es debido a que cada vez los alimentos recorren una distancia mayor y, evidentemente, al acceso generalizado al petróleo como energía barata y la democratización de su uso. Este modelo intensifica la crisis climática, alimentaria y ecológica, con externalidades sociales y ambientales que están haciendo mucho daño en países del Sur principalmente.
Para muestra, el informe “Alimentos kilométricos”, publicado por Amigos de la Tierra y que desvela la evolución del impacto ambiental de las importaciones de alimentos en España en el período comprendido entre 1995 y 2007. Doce años en los que el Estado español incrementó en un 53% la importación de productos alimenticios y de animales vivos, algo que aumentó en un 67% las emisiones de CO2 ligadas al transporte de alimentos. Sólo en España… En este sentido, la distancia media recorrida por cada alimento se disparó en 2007 hasta los 5.013 kilómetros, siendo el medio de transporte más usado el barco y el que menos el tren, aunque este último tiene un impacto ambiental veinte veces menor que el transporte por carretera. Los grupos de alimentos que más kilómetros viajan son los cereales y los piensos, el café y las especias, los pescados y mariscos y las frutas y las legumbres: todos han recorrido más de 5.000 kilómetros hasta llegar a los platos españoles. El principal origen de los alimentos importados sigue siendo Europa, pero las importaciones desde América Central y del Sur continúan creciendo y ya suponen el 39% del total.
Seis datos a tener en cuenta sobre el impacto que tiene el actual modelo agroalimentario:
- Entre 1990 y 1996, Costa Rica vio crecer el área cultivada dedicada a la producción de piña tropical en un 37% y su producción en un 53% por parte de multinacionales extranjeras para abastecer el consumo de países europeos como España, con el consiguiente impacto ambiental en la contaminación de suelo y agua por el uso intensivo de transgénicos.
- En dos décadas se han dejado de cultivar en España casi dos millones de hectáreas de cereales, en su mayoría importado en la actualidad.
- Desde 1992 han cerrado en el Estado español el 60% de las explotaciones familiares de producción de leche.
- La mayor parte del azúcar blanco que se consume en España proviene de remolacha cultivada en Europa. El azúcar de caña (blanco y moreno) procede de monocultivos en países tropicales y con condiciones laborales precarias.
- En 2007, el café, el té, el cacao y las especias importadas viajaron una media de 6.227 kilómetros para llegar a España.
- Sólo el 13% de la producción de los garbanzos que se consumen en España es local.
PINCHA AQUÍ PARA CONSULTAR EL INFORME COMPLETO ‘ALIMENTOS KILOMÉTRICOS’ DE AMIGOS DE LA TIERRA
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