Nunca es tarde si la dicha buena y sobre todo si tiene que ver con el litoral de la costa española, especialmente la mediterránea, uno de nuestros ecosistemas más degradados. En este sentido, hay que destacar iniciativas como los CAMP, proyectos piloto que llevan a la práctica territorial la Gestión Integrada de las Zonas Costeras, un protocolo de actuación integral para garantizar la viabilidad futura de las actividades económicas que sustentan a la creciente población costera, conservando los ecosistemas, recursos naturales y paisajes en los que éstas se apoyan. Todo ello tomando en consideración tanto la fragilidad del medio donde las actividades se desarrollan como la diversidad de actividades y usos, valiéndose de la coordinación entre administraciones y la participación social en la toma de decisiones. Dicho protocolo se aprobó en el marco del Convenio de Barcelona para la Protección del Medio Marino y la Región Costera del Mediterráneo suscrito por seis países, entre ellos España. En la actualidad, el CAMP Levante de Almería tiene la particularidad de ser el primero que implementa de forma efectiva el protocolo.
El CAMP Levante de Almería, por tanto, sitúa este tramo del litoral español como lugar de referencia en el territorio nacional e internacional, al ser pionero en la aplicación del Protocolo de Gestión Integrada de Zonas Costeras para el Mediterráneo. Los resultados que se obtengan de este proyecto servirán como experiencia previa para la aprobación de la Estrategia Andaluza de Gestión Integrada de Zonas Costeras, además de para la aplicación del Protocolo GIZC en otras zonas del litoral español y de los países ribereños del Mediterráneo.
El área de aplicación del proyecto abarca 71.000 hectáreas correspondientes a la zona sumergida y 148.000 hectáreas a la tierra emergida, incluyendo los municipios de Pulpí, Cuevas del Almanzora, Vera, Garrucha, Mojácar, Carboneras, Níjar y Almería. Se trata de una de las zonas más áridas del Mediterráneo Occidental y a su vez una de las mejor conservadas del Mediterráneo, albergando una gran variedad de ecosistemas, terrestres y marinos, así como espacios protegidos como el Parque Natural de Cabo de Gata. Eso a pesar de que la zona ha sido tristemente asociada durante años a uno de los símbolos más tristes de la especulación urbanística en la costa española, debido a que el hotel ilegal del Algarrobico, situado en la playa con el mismo nombre, se encuentra en el municipio de Carboneras.
Precisamente, algunas de las acciones en marcha en torno al CAMP Levante de Almería van en la línea de hacer ver los impactos negativos de actuaciones como esta, buscando fórmulas para combatirlos. En este sentido, se están desarrollando proyectos para la valorización del paisaje, para conocer el estado del dominio público marítimo terrestre, para promover un uso sostenible del medio marino o para difundir buenas prácticas en las actividades productivas. Además, entre las actividades en marcha destaca el desarrollo de cursos de formación y capacitación, dirigidos a los gestores y agentes territoriales del Levante de Almería o actividades de sensibilización para la sostenibilidad del litoral, dirigidas a fomentar la sensibilidad pública en materia de Gestión Integrada de Zonas Costeras.
Con casi toda probabilidad, si tuviésemos que valorar que actividad productiva puede suponer un mayor peligro para la conservación del litoral, el binomio turismo-construcción se lleva la palma. La zona, con municipios como Mójacar a la cabeza, promueve un turismo mayoritario de sol y playa, estacional, que por suerte no ha degradado la mayor parte de la costa debido también a la gran cantidad de espacios protegidos que alberga. De hecho, resulta bastante sintomático y positivo que las propias oficinas de turismo de los municipios participantes apoyen el CAMP Levante de Almería, empezando por la de Mojácar. En este caso, hablamos de un pueblo de casas blancas con mucho encanto, situado a la cima de Sierra Cabrera, un mirador privilegiado para contemplar la belleza de toda la zona. Con un amplio litoral, el visitante puede disfrutar de una variada oferta de hoteles en Mójacar. En la medida en que se consiga equilibrar la actividad productiva con la conservación del entorno, el éxito del proyecto está asegurado y se podrá ver más posible la sosteniblidad de la costa.
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