Ya tenemos recomendación para un buen regalo en la próxima Navidad. La fábrica de árboles, de Miguel Gillaranz, es la primera novela ecológica del siglo XXI. Un proyecto a mitad de camino entre la ficción y el ensayo que a mí, después de escuchar una entrevista a su autor este pasado domingo en el programa El bosque habitado de Radio 3, me ha cautivado y despertado mucho interés por leerlo. Todo un alegato para despertar conciencias con una protagonista, Clara, con un gran sueño en forma de proyecto, plantar 1.000 árboles, en donde se introducen algunos conceptos de la ecología como el cambio climático, la huella ecológica o la bioconstrucción mezclando diferentes géneros de novela, pero con mucho contenido que supera la ficción. Una denuncia de malos hábitos sociales, empresariales y políticos, mezclando ficción, tradición, conciencia social y medioambiental.
El autor de La fábrica de árboles, Miguel Gillaranz, se sumergió durante ocho días para darle la forma final a la novela en el Parque de los Alcornocales de Cádiz. No sabemos si fue allí donde encontró la inspiración, pero desde luego que el sueño que Clara, la protagonista de la historia, intenta desarrollar, no es para nada utópico. Más de una empresa maderera o directamente la Administración pública deberían tomar buena nota: aprovechar los espacios detrás de los quitamiedos de las autopistas de peaje, en donde hay una reserva de suelo, normalmente inerte, de unos 30 ó 40 metros de ancho por todo el largo de la carretera, en donde sería muy factible plantar árboles. Además de enriquecer el paisaje y propiciar un impacto medioambiental positivo, se le podrían dar diferentes usos y funciones. Por ejemplo generar madera a medio plazo y paliar así la deficiente balanza de gastos e ingresos que tenemos en España, en donde cada año se gastan 1.000 millones de euros en comprar madera fuera. Eso a pesar de contar con innumerables espacios para ser aprovechados en su generación.
No quiero dejar de mencionar otra cuestión que se refleja en el libro y de la que Miguel Gillaranz habla en la entrevista: los incendios. Una interesante reflexión sobre la paradoja que supone que haya mucha gente, muchos sectores, que se lucren y obtengan beneficios con un incendio. Es más, un retén obtiene más ingresos cuántos más días trabaja en la extinción de un incendio, cuando debería ser al contrario. Premiar la prevención y no la extinción, lo que además supondría trabajo estable durante todo el año (y no estacional como el aparejado a sofocar incendios en los veranos principalmente). Eso por no mencionar que se podrían dinamizar y potenciar otros sectores en paralelo como el de la generación de energía limpia a través de la biomasa.
Lo dicho, una novela que promete no dejar indiferente a nadie: La fábrica de árboles. Si quieres escuchar la entrevista, a continuación tienes el programa entero de El bosque habitado del pasado 9 de diciembre de 2012. La entrevista con Miguel Gillaranz se puede escuchar a partir del minuto 4.
El bosque habitado – La fábrica de árboles – 09/12/12
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