Todos los meses de Febrero & Marzo me doy una vueltecita por El Palmar (Cádiz) para disfrutar de las olas y descansar en sus playas. El viento, las olas y la tranquilidad del lugar es algo que siempre me ha hecho repetir. La primera vez que fui al Palmar, no era ni la mitad de lo que conozco hasta ahora, pero su crecimiento ha sido agradable y nada chocante para la visual de los habituales a esta zona. Desafortunadamente, todas esas sensaciones y recuerdos corren peligro de caer en el olvido… y todo gracias a la «amenaza» del progreso y la diversificación económica en forma de macroproyecto de resort turístico. ¿Es justo crear una cosa a costa de la otra?
Dormía en la casa de Rosita, en la misma playa y cuando llegaba la noche, una cenita tranquila y una vueltecita por la playa para bajar los excesos y disfrutar, por supuesto, del inmenso cielo «virgen». Imagina que sensación, salir de casa y tocar la arena de la playa, meterte en la cama y escuchar el sonido del mar sin ningún otro ruido que desviara mi atención.
Las mañanas pasan lentas y tranquilas; disfrutas del mar, de los visitantes que se acercan en busca de las olas rápidas, huecas, orilleras… Y después de picar algún plato combinado, llega el cafetito en la Chanca, unas ruinas medievales restauradas a pie de playa. Os aconsejo que nada más entrar al restaurante, giréis la cabeza hacía la derecha, obtendrás una respuesta inmediata de por que el Palmar es tan especial y entenderás por que este lugar es tan mágico.
Llegada la noche, es el momento de disfrutar del ambiente, de las reuniones que se organizan para disfrutar y amenizar las puestas de sol. Eso si, siempre desde la tranquilidad y disfrutando de la paz del lugar.
Unos días aquí, equivalen a muchos más en descanso, tranquilidad y paz. El lugar es inmejorable y siempre te incita a volver….
Os he contado esto para intentar ponerle otro final a la historia. Actualmente el Palmar está siendo objetivo de especuladores y está previsto realizar un macroproyecto Hotelero en la costa de Vejer de la Frontera. Efectivamente, los que actualmente disfrutamos del Palmar vamos a dejar de hacerlo y por supuesto, ya se que acabaron mis meses de surf, de disfrutar del viento más favorable que existe en Cádiz y de sentirme realmente «a gusto» en mi tierra…
Por supuesto, creo que los lugares han de evolucionar, adaptarse, crear empleos, mejorar en servicios... pero todo eso con medida, respetando lo que tienes y valorando lo que vas hacer, evitando dañar cuanto más lo que te rodea. Si esta zona es ideal para practicar el surf ¿por que hacer un campo de golf? Si en verano hace tanto calor, dudo que la gente coja los palos para darse una vueltecilla por los hoyos. Si los que visitamos actualmente el Palmar, que somos muchos, queremos seguir durmiendo en «casas como las de Rosita», que nos dejen ese espacio para poder seguir disfrutando. No digo que no se deba hacer el complejo pero ¿ha de ser tan grande?.
Entendemos de la importancia de vender destinos como este, que están dando sus primeros pasos y que están prácticamente sin explotar, pero siempre ha de ser desde una perspectiva responsable y sostenible. Luchar por la calidad frente a la cantidad, promover el respeto del medioambiente e implicar a la población local para el propio desarrollo turístico. El alcalde ha de ver este proyecto como una oportunidad de diversificación económica para los habitantes del pueblo, que les permita tener un ingreso extra sin perder de vista las actividades tradicionales. No podemos perder las tradiciones culturales y la identidad de la comunidad. Es un factor importante para el desarrollo ordenado y responsable.