Buscaba un lugar de descanso y encontré un paraíso intacto… Buscaba un lugar para desconectar y encontré un reducto de paz aislado de cualquier injerencia externa… Formentera, con sus playas únicas de fina arena blanca bañadas por cristalinas aguas celestes, recibe al visitante con una recomendación: “procura no dejar tu rastro donde los siglos no lo han hecho” Si sigues la frase al pie de la letra, te trasladarás a una realidad marcada por eternas puestas de sol, naturaleza virgen, slow food en su máxima esencia y amable trato por parte de sus habitantes. La sensación de que el tiempo se ha parado siglos atrás te invadirá, hasta abstraerte por completo del mundanal ruido de esta estresante sociedad en la que vivimos. ¿Te apetece olvidarte de todo por un rato?
Formentera cuenta con 69 kilómetros de litoral, repletos de playas y acantilados de gran belleza. La única forma de llegar es en barco desde la cercana isla de Ibiza, situada a tan sólo 3,6 kilómetros de distancia, un hecho que ha sido clave en su aislamiento y conservación. La isla te recibe por mar a través del Puerto de La Savina, dejando a tu izquierda un saliente de arena, con las playas de Ses Illetes y Llevant a ambos lados, y el Estany Pudent, uno de los dos lagos de agua salada de la isla. Sin duda, toda una declaración de intenciones: Formentera no es un lugar que deje indiferente a nadie.
Sus 83 kilómetros cuadrados te permiten moverte por toda su superficie sin mayor problema. El modo de transporte más recomendado, por ser el menos contaminante, es la bicicleta o a pie. De hecho, para los aficionados al senderismo y al cicloturismo, la isla dispone de circuitos verdes debidamente señalizados, que transcurren por zonas de especial interés paisajístico. Para aquellos un poco más remolones, el alquiler de un ciclomotor es otra opción, ya que te puedes recorrer perfectamente la isla por la carretera que conecta los principales núcleos urbanos. El coche en Formentera no tiene sentido de ningún tipo.
La isla cuenta con poco más de 7.500 habitantes y está conformada administrativamente por un único municipio (llamado igualmente Formentera y que incluye a los islotes de Espalmador y Espardell). En ella se ubican seis núcleos urbanos: Sant Francesc de Formentera (la capital), Sant Ferrán de Ses Roques, El Pilar de La Mola, Es Caló de Sant Agustí, La Savina y Es Pujols. Este último es el núcleo más turístico, donde se concentra el grueso de la oferta, tanto alojativa como de ocio. En cualquier caso, y exceptuando tal vez los meses de julio y agosto en donde la población de Formentera se multiplica por 4 ó 5, la tranquilidad será el factor predominante en todos y cada uno de ellos. La isla, prácticamente plana, alcanza su punto más alto en el Pilar de la Mola, con 285 metros. ¿Una recomendación? Camino de esta población, en el Camí de Sa Pujada, la vista desde Es Mirador de ambos lados del litoral resulta fascinante.
Más de 150 alojamientos ofrecen a los visitantes un abanico de posibilidades para todos los gustos, colores y necesidades. Pequeños hostales, casas de huéspedes, casas rurales, viviendas turísticas, apartamentos, hoteles o agroturismos conforman una oferta acorde a la naturaleza y filosofía de la isla. Si lo que buscas es un trato cercano, hospitalario y auténtico, tu elección debe ir encaminada a casas tradicionales reconvertidas en alojamientos turísticos. Los Apartamentos Pascual, situados en el núcleo de pescadores Es Caló de Sant Agustí y regentados, como no podía ser de otra manera, por don Pascual, ejemplifican a la perfección estos valores. Si tienes un poco de suerte y no le pillas dando un paseo en bicicleta o tomando una siesta bajo el pino que hay por fuera de su casa, don Pascual te ayudará en todo lo que necesites.
Ahora bien, el auténtico valor medioambiental y paisajístico de Formentera son sus vírgenes y cristalinas playas. Illetes, Llevant, Es Arenals, Mitjorn, Cala Saona… el abanico va desde calitas solitarias a kilométricas playas de arena blanca. Las combinaciones de azules en las aguas que las bañan inspiran a cualquiera y las posibilidades que ofrecen al visitante son únicas. En este sentido, la apuesta por el desarrollo sostenible de la isla desde hace décadas permite contemplar un litoral desierto de grandes construcciones, en donde la naturaleza te da la mano y te invita a pasar a un mundo hecho a la medida de los amantes del mar.
Formentera es un lugar para disfrutar de la paz y relajarse, pero también ofrece múltiples posibilidades para realizar turismo activo. El submarinismo, el kayak, el windsurf, la vela, el Nordic Walking y, por supuesto, el senderismo forman parte de su oferta. De la misma forma, la historia está presente en muchos rincones del litoral en forma de torres de vigía, que evocan un pasado no tan lejano de piratas y corsarios, en donde la seguridad defensiva de la isla era una necesidad para la supervivencia. Y si te sientes identificado con los valores que representa el movimiento Slow Food, no busques más porque acabas de dar con el sitio perfecto para comerte una sartenada de pescado fresco o una buena paella frente al mar, eso sí, sin prisas ni agobios de ningún tipo. Aquí el refrán que dice que “el tiempo es oro” se sustituye por otro que afirma que “el tiempo no existe”.
Dicen de Formentera que se trata del último paraíso del Mediterráneo… y si no lo es debe andar muy cerca de serlo. Dicen que, una vez que vas, te atrapa una necesidad de volver allí en cuanto puedas… y puedo dar buena fe de eso. Hasta que ese momento llegue, cada vez que me agobie me sumergiré en mis pensamientos más profundos para recordar que existe un lugar en donde el paso del tiempo no se nota. Formentera, tal cuál fue concebida por la madre Naturaleza, esperará paciente e impasible mi retorno.
[…] personalmente, en uno de los rincones más bonitos de las Baleares donde su lema sigue siendo “Procura no dejar tu rastro donde los siglos no lo han hecho” junto a una serie de consejos […]
Estimado Javier:
Buen analisis sobre Formentera. Lo que mas me preocupa de ella es que se potencien los alojamientos locales como casas de huespedes y las casas locales reconvertidas en apartamentos turisticos por citar un ejemplo. Dicen que el noventa por ciento de la poblacion es italiana. No tengo nada en contra de nadie pero la invasion turistica está bien pero controlada. Esto es otro impacto negativo en el sentido de que otros ponen sus costumbres foraneas y proliferan tanto los restaurantes y pizzerias como el propio idioma foraneo. Por lo tanto para mi una de las formas de proteger esto es combatir otras costumbres foraneas protegiendo las locales fuertemente y tambien el habla local fomentando su uso adecuadamente. Para mi estos dos impactos pueden ser negativos si no se protegen en su medida. Por ejemplo en Andalucia el mismo consul britanico manifiesta a sus conciudadanos que aprendan el español como el tuvo que hacer en su momento. Alojamientos locales y cultura con idioma se deben proteger y fomentar para que no se pierdan y para que los que visiten Formentera sepan que son básicos y forman parte de la sostenibilidad.