Con motivo del Blog Action Day de 2010, dedicado al agua, nuestro blog amigo Viaje a la sostenibilidad ha publicado un interesante artículo sobre El agua, el turismo y las comunidades locales, en donde se explica como muchas veces las necesidades de los turistas se anteponen a los de las poblaciones locales. Al hilo de este post, hemos recibido una ejemplificadora información, por parte de la ONG Survival International, un movimiento por los pueblos indígenas, en donde hacen un llamamiento del boicot del turismo en Botsuana. ¿El porqué de dicha petición? Lo que están pidiendo a los turistas es que no viajen a este país hasta que los bosquimanos del Kalahari puedan vivir en sus tierras ancestrales sin ser perseguidos. Y en toda esta cuestión, el agua cobra un triste protagonismo una vez más. Lo peor de todo es que una empresa implicada, Wilderness Safaris, se presenta en su propia Web como una compañía especializada en ecoturismo responsable y conservación. Una vez más, la peor y más oculta cara del turismo. Os dejamos el comunicado de Survival International.
En 2002, el Gobierno de Botsuana expulsó a los bosquimanos de sus tierras dentro de la Reserva de Caza del Kalahari Central. Fueron apaleados, torturados y condenados al hambre, antes de ser arrojados en deplorables campos de reasentamiento fuera de la reserva. Después de la batalla legal más larga en la historia del país, el Tribunal Supremo sentenció que las expulsiones habían sido ilegales y que los bosquimanos tienen derecho a vivir como siempre lo han hecho dentro de la reserva.
Sin embargo, a pesar de dicho veredicto, el Gobierno ha hecho todo lo que ha podido para hacerles la vida imposible a los bosquimanos en la reserva. Les ha prohibido usar un pozo del que dependen para obtener agua (sin él, se ven obligados a caminar enormes distancias para conseguirla) y no les ha concedido ni una sola licencia de caza, que necesitan si quieren cazar de forma legal.
El experto de Naciones Unidas para los pueblos indígenas ha declarado que los bosquimanos se enfrentan a “condiciones duras y peligrosas debido a la falta de acceso al agua”, y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos ha condenado al Gobierno por negar a los bosquimanos el “derecho a la vida” según la Carta Africana.
Mientras tanto, el Gobierno ha excavado nuevos pozos de agua en la reserva exclusivamente para animales salvajes, y ha permitido la apertura de un alojamiento de la empresa turística Wilderness Safaris en tierra bosquimana, que tiene bar y piscina. El director de Wilderness Safaris hizo caso omiso de nuestras preocupaciones diciendo que “cualquier bosquimano que quiera un vaso de agua puede tomar uno”.
Los boicots son, por supuesto, una medida de presión. Puede pensarse que son medidas extremas (aunque obviamente no son tan extremas como los crímenes del Gobierno), pero es crucial que el problema de los bosquimanos se mantenga en el candelero y que la opinión pública sea consciente de la hostilidad vengativa del Gobierno hacia los bosquimanos.
No creemos que ninguna persona de bien querrá viajar a un país donde los más antiguos habitantes están siendo perseguidos de forma tan brutal. Todo lo que los bosquimanos quieren es poder regresar a casa y vivir en paz como siempre han hecho.
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