Las predicciones más pesimistas se han cumplido. La cumbre de Copenhague no ha servido absolutamente para nada, no ha salido un nuevo tratado vinculante e, incluso, se ha dado un paso atrás con respecto a lo que supuso en su día el Tratado de Kyoto. EEUU, el país con mayores emisiones de CO2 junto a China, se presenta como el gran vencedor de la cumbre, directamente pasando de la UE y marcando acuerdos con los países emergentes. Al final, dinero y más dinero para los países subdesarrollados, pero promesas de reducciones reales, nada de nada. Este punto y final servirá sin duda para dar la razón a la corriente de pensamiento que dice que el calentamiento de la tierra a causa de las emisiones de CO2 es un timo… que los hay y bastantes, aunque no lo creáis.
Lo que queda claro es que el dinero lo compra todo como siempre y nada cambiará, al menos a corto plazo. ¡Como es si el dinero lo solucionase todo! Y viendo los casos de corrupción que hay por todo el mundo en países subdesarrollados, sin duda auspiciados por los organismos financieros internacionales (Banco Mundial, FMI y un largo etc), pues el futuro pinta negro. Nadie quería quedar como el causante de no alcanzar un acuerdo en Copenhague y al final, los mismos de siempre, son los que han llevado la iniciativa y los que han llevado la cumbre hacia donde querían. Todas las miradas del mundo estaban dirigidas a la capital danesa y, finalmente, las expectativas creadas se han ido al traste sin más remedio.
Varios aspectos me preocupan de todo esto por encima de todo. Lo primero es que, coincidiendo con los días clave, con presencia de los más altos mandatarios a nivel internacional, no se permitiera el acceso a los miembros acreditados de las ONG al recinto donde se decidía todo el cotarro. La sociedad civil, una vez más, se quedó sin voz y sin un elemento de presión que, quizás, hubiese forzado otro tipo de acuerdo. Y es que no quiero ni imaginar los abucheos que se hubiesen podido escuchar el último día de haber estado presentes. Lo segundo es el oscurantismo que reina en las más altas esferas internacionales en torno a los niveles de emisiones, sobre todo en el caso de China. Todos miran por su propio interés, como si esto fuera una lucha de poder y de competencia, cuando se trata del destino del planeta, quizás en una de las últimas partidas que podemos jugar sin la presión del “último minuto”.
Y eso a pesar de que son muchos los que piensan, científicos incluidos, que esto del cambio climático no es más que una pantomima. Entre sus razonamientos están que la temperatura de la Tierra ha cambiado en muchísimos períodos a lo largo de su historia y que nunca ha estado motivada por la mano del hombre, ni por la influencia de los niveles de CO2 en la atmósfera. No soy científico ni experto en la materia, y escuchando planteamientos así que vienen de gente preparada, realmente no sabes a quién creer. De todos modos, lo que si tengo claro es que igualmente se han cometido y se están cometiendo muchos atropellos medioambientales en el planeta. Independientemente de si el calentamiento global es producido por el hombre o no, lo que si está claro es que nadie se puede escudar en eso para justificar muchas de nuestras acciones y, sobre todo, para que los países industrializados sigan tratando la Tierra como su jardín particular, explotando a los países pobres y viviendo a cuerpo de rey a costa de ellos.
En cualquier caso, os recomiendo que veáis el siguiente documental y saquéis vuestras propias conclusiones. Y es que para tener una opinión certera, siempre hay que escuchar todos los razonamientos y todos los puntos de vista.