¿Es posible desarrollar y operar un negocio turístico potenciando el valor local del mismo y un impacto positivo sobre el medio ambiente? Cada vez vemos más ejemplos por todo el mundo en este sentido y nosotros pudimos comprobarlo en primera persona la semana pasada. Seguimos por Irlanda y tuvimos la suerte de ser invitados a la puesta de largo de The Burren Ecotourism Network, una interesante iniciativa localizada en el condado de Clare, que parte con el objetivo de consolidar una red de alojamientos, productores y proveedores locales de comida y actividades certificadas bajo parámetros ecoturísticos. Con todo ello, la idea es promover el crecimiento económico de la región, en torno a la alternativa de diversificación económica que supone el turismo en un medio rural como éste. La meta es posicionar a la región de Burren como un destino reconocido internacionalmente por sus posibilidades para practicar un ecoturismo responsable, asegurando el futuro crecimiento sostenible, tanto económico como social, de las comunidades que habitan en ella, del medioambiente y de la herencia cultural que han recibido del pasado.
Lo cierto es que llevamos más de un mes por Irlanda y no sé si fue casualidad del destino o no, pero podemos asegurar que sin duda fue el mejor día de toda nuestra estancia por aquí. Y no me refiero sólo al buen rato que pasamos, descubriendo las posibilidades que puede ofrecer esta preciosa región irlandesa, sino al espléndido día que tuvimos la suerte de vivir. La temperatura fue primaveral, casi veraniega para lo que estamos acostumbrados por aquí, y el sol brilló con todo su esplendor en medio de un cielo azul fuerte. El resultado, ya se sabe… por estas tierras llueve tanto que el día que sale el sol, los colores del paisaje y el verde intenso lo inundan todo, así que mejor ocasión que esta imposible, sobre todo para valorar de verdad un producto ecoturístico hermanado con la madre naturaleza como el tuvimos la suerte de conocer.
La jornada vespertina comenzó con una típica cita irlandesa, la del té, los dulces y las tostadas, en un entorno envidiable. Nos llevaron a Fr Ted’s House, una magnífica granja en medio del Parque Nacional de Burren, en donde pudimos conocer a buena parte de los partners que conforma la Burren Ecotourism Network. Luego nos llevaron a hacer un tour por toda la propiedad de la mano de tres de los ocho granjeros implicados en el proyecto, en donde pudimos darnos cuenta de lo mucho que viven su trabajo. Todas y cada una de sus palabras y explicaciones estaban marcadas por una profunda pasión y creencia en el valor de la tierra, del territorio y de lo local. Ya por la tarde noche, nos trasladaron a The Gregans Castle hotel, un precioso enclave, en donde tuvo lugar la presentación oficial del proyecto, ante la mirada de numerosos políticos y personas relacionadas de una u otra manera con el mundo del turismo en Irlanda.
En el turno de intervenciones tomaron la palabra, entre otras personas, Mary Mulvey, directora ejecutiva de Greenbox, uno de los primeros destinos certificados en ecoturismo en Irlanda, y Darina Allen, la responsable de Slow Food Irlanda y a la que esperamos poder hacer una entrevista en breve. Entre todos quisieron destacar los puntos fuertes de crear una red certificada de ecoturismo como esta, empezando por la posibilidad de detectar y penalizar prácticas de green-washing, dando valor a lo auténtico a través de valores de excelencia. Pretenden liderar una auténtica revolución verde, que aproveche las nuevas tendencias que se observan en el mercado y que señalan que se ha producido un incremento de hasta un 20% en los viajes a escala mundial, con motivaciones relacionadas con el ecoturismo.
El proceso de constitución del proyecto ha sido largo y tedioso, ya que requerido un par de años para poner a todos los actores implicados de acuerdo. En cualquier caso, pronosticamos que las posibilidades de éxito son mayúsculas y os invitamos a acercaros hasta aquí para vivir de primera mano la experiencia ecoturística de Burren en Irlanda. Por varias razones… por su compromiso con el cuidado del medioambiente, por la posibilidad de vivir una experiencia única en medio de la naturaleza o por experimentar unas vacaciones educativas e interpretativas en un entorno increíble, todo contribuyendo a promover la cultura y herencia local y beneficiando directamente a la comunidad local. ¿Te parecen pocos argumentos? Ven y procura dejar una huella más pequeña con una estancia lo más larga posible.