Estos días hemos podido leer en muchos portales de noticias que el turismo rural afronta una campaña estival incierta, irregular y complicada, en la que destaca la escasa anticipación en las reservas, las estancias más cortas, la búsqueda de ofertas y la cancelación de reservas a última hora, según la Asociación de Profesionales del Turismo Rural (Autural-UPTA). Es probable que después de este verano el sector saldará la temporada con un ajuste importante. La razón es que, aunque la oferta crece, disminuyen las ventas en el sector y se contienen los precios. En este contexto sólo se salvarán de la quema aquellos que sepan adaptarse a los tiempos que corren y, sobre todo, aquellos que hayan apostado de verdad por los valores implícitos al verdadero mundo rural. Por eso, ahora más que nunca, conviene recordar y felicitar un proyecto que se inició cinco años atrás, convencido de que otro turismo rural es posible. La Fundación Ecoagroturismo casi echaba a andar por aquel entonces y el portal Ecotur.es vio la luz en el verano de 2006. El turismo rural iba viento en popa, bajo la batuta del crecimiento del ladrillo, adaptando al medio rural el modelo del desenfreno costero.
Hoy todo son malos augurios, pero… ¿cuál era la preocupación del sector entonces? Por desgracia, normalizar la oferta en base a las superlativas propuestas en infraestructuras y servicios. Todo para permitir distinguirse a quienes habían invertido para convertir en una «oferta hotelera de calidad» lo que, quince años antes, se había diseñado para mantener población rural e implementar las actividades tradicionales del medio rural, amenazadas por el abandono o la industrialización de los restos. Con la crisis, todo estos planteamientos se han ido al traste y, finalmente, el profundo cuestionamiento del modelo consumista y despilfarrador de energía, de recursos naturales y culturales, refuerzan el sentido de las iniciativas que se fueron consolidando y agrupando en torno al proyecto del portal Ecotur.
Este último año ha sido especialmente importante, con la decidida apuesta por una labelización como Ceres Ecotur, que garantiza una propuesta de turismo ecológico y responsable, con un carácter comprometido y pionero en nuestro país. Se han establecido sinergias internas con entidades como el Instituto Jane Goodall o la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente o externas con organizaciones europeas como Eceat-International y Accueil Paysan, así como recientemente el Grupo Viajeros XXI de Costa Rica. Poco a poco, todo ello está permitiendo a las iniciativas integradas en Ecotur, en un momento de crisis de modelo y de necesidad de innovación como este, dar un salto cualitativo en la creación de un proyecto de turismo rural en nuestro país basado en los criterios de autenticidad, sostenibilidad y responsabilidad.
Severino García, presidente de la Fundación Ecoagroturismo