El color de moda es el verde, pero queremos un verde real. Uno de los pasos para conseguirlo es la reutilización. Afortunadamente, empresas como Carrefour han emprendido una campaña en contra de las bolsas de plástico con el lema “Échale una mano al Medio Ambiente”. La verdad es que la iniciativa me parece genial ya que, personalmente, llevo un tiempo intentando reducir el consumo de bolsas de plástico en mi casa. Sin embargo… no sé si es suficiente con que las empresas colaboren o es que el problema está más arraigado de lo que nos pensamos.
En Carrefour, la campaña es muy completa. Además de anuncios en televisión, una página web www.echaleunamanoalmedioambiente.com y una gran difusión, han creado 5 alternativas para desbancar a la bolsa de plástico: la Bolsa de rafia, reutilizable, muy resistente y con gran capacidad que una vez deteriorada debe tirarse al contenedor amarillo; la Bolsa de algodón, reutilizable, muy resistente, más duradera, con una gran capacidad y que debe reciclarse en el contenedor de recogida de ropa; el Carrito plegable que permite no levantar peso y es fácil de plegar y una vez deteriorado debe tirarse en el contenedor amarillo; la Bolsa monedero, reutilizable y fabricada en nylon, plegable y muy fácil de guardar y llevar, y que debe reciclarse en el contenedor de basura amarillo: y la Bolsa 100% biodegradable que, pese a su apariencia, es una bolsa completamente diferente a la bolsa de plástico tradicional, pues está fabricada a base de fécula de tubérculo no alimenticio y bioplásticos e impresa con tintas al agua. Todas estas alternativas a precio de coste y donando parte de este dinero a la financiación de distintos proyectos de conservación, recuperación y desarrollo del Medio Ambiente.
Y, aquí va mi pero. El caso es que yo, normalmente, hago la compra en un supermercado al lado de mi casa, de otra cadena diferente. Y puedo asegurar que, todas las veces que he ido, he sido la única persona que ha llevado su bolsa de tela de casa y he ido rellenando mi compra en ella. Pero es que, el otro día, teníamos que hacer una compra un poco más amplia y nos fuimos «al Carrefour». Con el carro casi lleno, nos dirigimos a la caja y vimos como nadie en las filas colindantes hacía uso de las bolsas alternativas. Nosotros no usamos ni unas ni otras, porque llevábamos un carro, y nos regalaron un Vale por una bolsa de rafia. Así que la bolsa nos sale gratis, por lo que no exista la excusa de: ¡Es que por esta bolsa me cobran!
Así que… ¿dónde está el problema? ¿Realmente somos tan inconscientes de que nos estamos cargando el planeta que no nos molestamos en gestos tan pequeños como estos pero que tanto pueden ayudar? Desde aquí, aplaudo la iniciativa de Carrefour y espero que, poco a poco… ¡No!, mejor dicho, rápidamente, todos tomemos consciencia de que realmente está en nuestra mano mejorar las cosas. Y pido que el resto de cadenas de mercados se unan a esta política. Pero, sobre todo, que todos nos sensibilicemos para que estas iniciativas sean un completo éxito, porque cada granito de arena cuenta.
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Pues sí, debe de ser una gran inconsciencia porque la gente se queja porque les cobran la bolsa. Algunos argumentan que no es lógico que te cobren la bolsa en que transportas la compra si lo que va dentro está lleno de plásticos. Va a ser difícil convencer a la población de que podemos cambiar las maneras de los empresarios porque nosotros constituimos la «demanda». Si yo no compro alimentos con badejas de poliestireno, dejaran de ofertarlas.
Además de llevar la bolsa a la compra hay que saber llenarla.
Un saludo.