El Consejo Rural de Dindefelo, el máximo órgano de gobierno de la región y que engloba a todas las poblaciones que habitan en ella, declaró aquí a principios de 2010 alrededor de 13.000 hectáreas como Reserva Natural Comunitaria. Por encima de esta catalogación sólo quedan los Parques Nacionales y la declaración se consumó a propuesta del Instituto Jane Goodall España. El nivel de protección que otorga ha supuesto un paso decisivo en el proyecto de conservación de chimpancés que este organismo tiene en esta zona de Senegal y el futuro ahora se presenta con muchas oportunidades para todos. Y es que lo cierto es que los habitantes de Dindefelo y de los pueblos limítrofes son los primeros que saben y tienen interiorizado que el valor de la región pasa por mantener toda su riqueza natural y medioambiental absolutamente intacta.
El valor de la biodiversidad de flora y fauna que albergan las 13.000 hectáreas que constituyen la Reserva Natural Comunitaria de Dindefelo está fuera de toda duda. En lo que se refiere a animales, se distinguen hasta 46 especies de mamíferos, 17 de reptiles, más de 300 de aves, ocho de peces, cuatro tipos de anfibios y las joyas de la corona: cinco especies de primates. Entre ellas están los Mono Patas, los Mono Verdes, el Papión de Guinea, el Galago de Senegal y por supuesto los chimpancés. El último censo hecho sobre esta especie en 2003 da una estimación de entre 200 y 300 ejemplares en esta región de Senegal, la única del país en donde habitan gracias a sus ecosistemas. La población no es muy grande y además se presenta el inconveniente de que las familias están disgregadas y ahora mismo no existen corredores aptos para que muchas de ellas se puedan encontrar. En cualquier caso, gracias a la ayuda y la financiación de la Fundación Biodiversidad, organismo dependiente del Ministerio de Medioambiente, Mundo Rural y Marino español, y de USAID (United States Agency for International Development), ahora mismo el proyecto del Instituto Jane Goodall España poco a poco va avanzando.
El objetivo es, precisamente, la conservación y puesta en valor de estas últimas familias de chimpancés de Senegal y sus hábitats. La manera de hacerlo es evitar la degradación del entorno natural y de los ecosistemas en los que viven debido a actividades humanas, principal causa de la disminución de los ejemplares. Para lograrlo, la declaración de la Reserva Natural Comunitaria supone un paso muy importante, ya que conlleva una serie de protocolos de actuación y regulación, además de la protección de las especies más castigadas y en peligro de desaparecer que habitan en ella. A partir de ahora se delimitarán e incluso prohibirán acciones que hasta ahora se han venido haciendo sin control, casi siempre relacionadas con el uso de espacios para la agricultura, la caza o la quema de superficies secas de la sabana. Aunque esto, claro está, no será nada fácil, ya que son cuestiones que la gente aquí viene haciendo desde hace mucho tiempo y cambiarlas costará lo suyo.
El plan en marcha tiene cuatro vertientes que, poco a poco, van tomando forma. La conservación, por un lado, que con la declaración de la Reserva Natural Comunitaria empieza a ser una realidad. La investigación, que tiene nombre y apellidos: Liliana Pacheco, la primatóloga del Instituto Jane Goodall que desde hace año y medio vive en Dindefelo y realiza estudios científicos, genéticos y de comportamiento de los chimpancés que habitan en la zona. La sensibilización, dirigida tanto a la población local como a los visitantes que llegan a la región. Para ello se ha puesto en marcha esta semana una primera acción que consiste en distribuir por todos los campamentos de la zona unos paneles educativos con información de la Reserva, de su flora y fauna y, por supuesto, de las diferentes etnias y culturas que habitan en ella. Por último, cierra el círculo el ecoturismo, pieza fundamental del engranaje y que, dado el valor y las posibilidades que ofrece la región, puede y debe suponer el auténtico empuje socioeconómico a largo plazo para las gentes que habitan en ella.
Después de tres semanas aquí, la mayor parte de ellas en esta zona del país, la verdad es que nos queda claro el principal valor que tiene la actividad turística aquí. Apenas se aprecian malas prácticas y la práctica totalidad del negocio está en manos de la población local. La biodiversidad cultural y medioambiental que hay supone un atractivo brutal y, de hecho, todo en conjunto hace que esta región del Senegal oriental lo tenga todo para diferenciarse a nivel internacional como un destino sostenible, en donde se practique un turismo responsable e integrador.
Por ello, a iniciativa del Instituto Jane Goodall España, el próximo 30 de noviembre tendrá lugar un taller participativo en Kedougou, la capital de la región, en donde están convocados todos los agentes turísticos de esta zona de Senegal. Allí se darán cita todos los gerentes de los campamentos, los guías y las autoridades locales, con el objetivo de debatir y desgranar las potencialidades del destino y tratar de perfilar una visión de futuro a diez años. Un futuro en donde la práctica de un turismo responsable y sostenible sea una consumación y la principal diferenciación con respecto a otros destinos del país y del continente africano. Ecotumismo estará presente aportando su granito de arena, dinamizando la cita y, sobre todo, sacando provecho de esta gran experiencia. Para nosotros, estar aquí y aprender de toda gente ya supone un gran premio.