Al hilo de la polémica suscitada por las recientes revelaciones de Wikileaks sobre la complicidad existente entre los gobiernos de EEUU y España en torno a los cultivos transgénicos, convendría dar a conocer algunos datos. Pese a todo, España es el primer productor de agricultura ecológica de la Unión Europea. Hay 1,6 millones de hectáreas dedicadas esta tipología, aunque luego estos productos sean escasos en la inmensa mayoría de las dietas diarias de los españoles. De hecho, hasta un 80% de toda la producción ecológica se exporta, lo que por otra parte es más bien poco ecológico, si tenemos en cuenta que su transporte produce una contaminación que se evitaría con el consumo interno. Las razones para este desfase pueden ser varias: desconocimiento de la calidad superior de los productos ecológicos y de sus beneficios para la salud y el medioambiente. Tal vez el precio, que no el valor de estos alimentos, algo más elevado que en la alimentación convencional porque cuesta más producirlos. Y por último el acceso, dado que hay menos comercios que los vendan y no existen etiquetados claros, que definan que es ecológico y que es transgénico, con lo que muchos consumidores se pierden en esta indefinición y, al final, no saben bien lo que están comprando.
Esta pasada semana, la Coordinadora Verde ha lamentado la falta de cordura de nuestro gobierno en el tema de los transgénicos. En los cables de la embajada de los EE.UU. se ve claramente el clima de complicidad entre las dos administraciones para lograr que la Comisión Europea se decante por el uso de las semillas modificadas genéticamente, sin tener en cuenta los posibles peligros generados por dicha tecnología y desoyendo la opinión de la mayoría de la población europea. Sonia Ortiga, coportavoz de la Coordinadora Verde, opina «que el uso de estas semillas, es un atentado a la soberanía alimentaria, al ser semillas patentadas que nos convierten en dependientes de tecnología de pago para cultivar. Sin olvidar que su uso es un atentado a la biodiversidad y a la calidad de vida”. Por el contrario, habría que añadir que la agricultura ecológica es la que más empleo genera por unidad de producción, siendo esta más saludable para el planeta y para las personas, animales y plantas, genera empleos de calidad, además de ser más sostenible y necesitar menos agua para el consumo.
En cambio y por desgracia, España es el principal bastión de las empresas de la biotecnología de cara a abrir el mercado europeo a este tipo de agricultura. Durante 2010, el 21 % del maíz que se ha cultivado en España es transgénico. Además, tanto el maíz como la soja transgénica que importamos masivamente son destinados a la fabricación de piensos, con lo que el consumidor español está ingiriendo, sin saberlo, productos cárnicos y derivados originados por animales alimentados con productos transgénicos. Dado que ahora mismo no es obligatorio etiquetar los productos modificados genéticamente, los consumidores están impedidos a la hora de elegir el tipo de alimentos que compran. Pero, para paliar esta situación de desventaja, conviene recordar algunas iniciativas que poco a poco se están poniendo en marcha en nuestro país. De todas ellas, destaca EnterBio, que pretende promover y desarrollar el consumo ecológico y generalizar la agricultura sostenible en España. Se trata del único supermercado online del país que ofrece un abanico de productos ecológicos directamente del productor al consumidor, sin intermediarios, y con un sistema de venta que con el tiempo permite ahorrar costes.
El objetivo de EnterBio es promover y desarrollar un consumo ecológico por Internet, utilizando como herramienta el Marketing Multinivel. Este es un modelo de negocio que está basado en el consumo del producto y su recomendación a través del boca a boca, repartiendo los beneficios entre los consumidores y los prescriptores. De esta forma, se abre la puerta a la posibilidad de situar el consumo de productos ecológicos en España al nivel del resto de Europa. Cuanto más se involucren y sean capaces de hacer crecer el consumo ecológico a través de la red creada en EnterBio, mejor será la alimentación y más se ayudará a preservar el medio ambiente y la sostenibilidad del ecosistema. Y mientra esto ocurre, sólo nos queda secundar la ciberacción de Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, COAG, Plataforma Rural y CECU. El motivo no es otro que exigir a la ministra Rosa Aguilar que la política española sobre organismos modificados genéticamente deje de estar controlada por las multinacionales, así como pedir una moratoria inmediata para su cultivo en España.
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