El 2011 se cerró con 15.053 casas rurales censadas en España, que suman 137.727 plazas y están distribuidas por 9.588 pueblos de toda España. Esto implica que, por ejemplo, toda la población de una capital de provincia como Tarragona podría alojarse en casas rurales a la vez y aún sobrarían 3.642 plazas. Con estas cifras en la mano, en España hay tres casas rurales por cada 10.000 habitantes y por cada 100 kilómetros cuadrados, la misma superficie que la provincia de Barcelona. Estos son datos que se aportaron en la ponencia Turismo Rural: la gallina, los huevos de oro y el caldo presentada en el pasado Travel Bloggers Meeting TBMGredos 2012, por Natalia Zapatero (@turiskopio), Teresa Dorn (@elmilanoreal) y Joseba Cortázar (director de comunicación de Top Rural). Datos que, por otra parte, son más que sabidos por el sector, aunque no cabe duda que comparaciones así ponen de relieve que la situación actual dista de ser modélica. Con más de 50 tipologías de alojamientos y otras tantas modalidades de clasificación dependiendo de la Comunidad Autónoma, la sobreoferta está lastrando la recuperación de un sector que está sufriendo el enfriamiento del mercado nacional, principal cliente del turismo rural en España.
En la misma presentación, se dieron a conocer datos de una encuesta realizada a los bloggers presentes en el evento y hay algunos datos destacables. Por ejemplo, el 49% afirmó que el turismo rural es un sector en crecimiento y tan sólo un 7% aseveró que el sector lo está pasando mal. El 98% de los encuestados ha realizado turismo rural alguna vez, por lo que la reflexión cabe centrarla en que la palpable crisis del turismo rural no ha sido aún percibida como tal por el viajero rural. Esto, teniendo en cuenta que según datos presentados por Top Rural uno de cada dos españoles se considera viajero rural, indica que todavía hay un amplio espectro de población que sigue estimando al alza al sector, algo que puede y debe ser visto como una oportunidad.
Al hilo precisamente de esto, del viajero, probablemente esté la salida de la crisis para los más avispados. Hace poco estuve en unas conferencias sobre turismo sostenible en Palma de Mallorca, en las que el tour operador TUI Travel presentó algunos datos sobre tendencias detectadas con encuestas entre sus clientes. Entre las conclusiones más destacables, cuestiones como la protección de los recursos ambientales y naturales, la gestión de los residuos o los recursos, el bienestar de la población local o la protección de la biodiversidad se están colando como motivaciones importantes a la hora de elegir destino o segmento vacacional. A la hora de reservar un hotel, cuestiones como que se ofrezcan productos locales, de comercio justo o se tenga contratado personal local son cuestiones decisivas. Apuesto que con el turismo rural está pasando exactamente lo mismo.
De hecho, los índices de ocupación y fidelización de los alojamientos adheridos a la red Ceres Ecotur de turismo rural ecológico probablemente están por encima de la media. Con la palpable sobreoferta existente en el mercado, ofrecer productos auténticos, que valoricen experiencias ligadas al medio rural y en absoluto ajenas al entorno que le da esencia, es evidente que se venden mejor que aquellas que son prototipos válidos para cualquier región. Algo que, por desgracia, ha proliferado más de lo deseable. Por otra parte, no se puede obviar el potencial de algunos mercados emisores europeos que, en tiempos de crisis como el actual, puede compensar el estancamiento del mercado nacional. En la misma línea, los índices de ocupación extranjera en los alojamientos de Ceres Ecotur rondan el 30%, muy por encima de la media nacional. Tal vez esta realidad nos esté dando algo más que una clave y la promoción internacional sea una baza a jugar más que nunca antes.