¿Sabías que un 40% de los viajeros que practican turismo rural son parejas que buscan un fin de semana romántico e íntimo en un entorno natural? Esa es al menos una de las conclusiones que se extraen de un estudio llevado a cabo por Factor Ocio, una mayorista de turismo rural e interior, con el objetivo de averiguar los aspectos más valorados sobre los alojamientos entre sus clientes. Desde Ecotumismo queremos dar un consejo a todas esas parejas que buscan el clímax rodeados de naturaleza. El SLOW SEX, una disciplina del movimiento Slow basada en el Tantra Sexual, permite a él controlar la eyaculación, prolongando el acto y el placer, y a ella completar los nueve niveles del orgasmo que aseguran poseen las mujeres. ¿Hay alguien a quién no le apetezca descubrirlo?
En una primera fase del estudio llevado a cabo por Factor Ocio, hubo un dato curioso que llamó la atención. Una de las características más apreciadas por sus clientes era la insonorización de las habitaciones de las casas rurales. En una segunda fase se profundizó en este aspecto, entre otros, y los resultados no dejaron lugar a las dudas. Los clientes justificaron esa importancia aludiendo directamente a las relaciones íntimas, poniendo de manifiesto que el turismo rural tiene una alta connotación sexual. Además, en base a sus respuestas, se concluyó que factores como el entorno, la tranquilidad, la naturaleza y la aventura inducen al sexo.
Ya sabemos que un acogedor hotelito rural con encanto, situado en un marco incomparable de naturaleza, paz y tranquilidad, puede crear una atmósfera perfecta. Usando un símil taurino ahora que los toros tienen tanta presencia en la opinión pública, una pareja compenetrada, a poco que se lo proponga, puede salir de la habitación a hombros con las dos orejas y el rabo. Pero, ¿por qué no tratar de subir otro escalón? Si a este ambiente único le sumamos las técnicas del Slow Sex, los beneficios pueden multiplicarse. Y para ello, las caricias, la respiración y no tener prisa es indispensable.
La disciplina Slow Sex se rige por los principios de la filosofía tántrica, que considera el acto sexual como el medio para conseguir un completo bienestar físico y emocional. Básicamente, para el Tantra si no hay deseo, no hay sexo y, por tanto, se produce un desequilibrio que afecta a nuestra salud. Y a todo el mundo le preocupa mantenerse en un buen estado de salud, ¿no? Como no hay peor cinturón de castidad para la líbido que la monotonía sexual, no te lo pienses más y toma nota.
El acariciar y ser acariciado ayuda a reducir la ansiedad provocada por un deterioro en las relaciones sexuales y, en general, a despertar la líbido. Las caricias sin prisas, tranquilamente sabiendo que no exigen una penetración, provocan una excitación a prueba de bombas. Trabajando una respiración pausada y profunda, que nos permita controlar esos impulsos excitantes, acabaremos por reactivar nuestra líbido descubriendo nuestros cuerpos como auténticos templos de deseo.
En resumen, frente a la famosa técnica del ‘aquí te pillo, aquí te mato’, el Slow Sex exige como único requisito que te tomes tu tiempo y que avances poco a poco, pero con paso firme, hacia el clímax total. Para ello, unos pocos consejos nunca vienen mal. Por ejemplo, hay que probar durante 15 minutos a estimularse mutuamente todo el cuerpo, con movimientos circulares, evitando las zonas más erógenas como los genitales y el pecho. Luego, poco a poco hay que ir adentrándose en caricias más íntimas, para lo cuál está más que demostrado que la postura de la cuchara, en la que él abraza a ella por detrás, es la opción más depurada y precisa.
Tras otros 15 minutos como mínimo, se puede comenzar por la tradicional postura de ella sobre él, dando paso a la penetración pero sin movimiento y sin dejar de acariciar al otro. El objetivo es acoplarse bien y poder realizar en condiciones óptimas el coito tántrico. Éste consiste en alternar períodos de unos minutos de penetración, en donde se juega con las velocidades y tamaño de introducción del pene, con otros de descanso. Y todo combinando posturas al gusto y semejanza de la pareja.
Con este método, el hombre puede controlar la eyaculación, prolongando el placer, y la mujer puede llegar a la llamada ‘pequeña muerte’, que consiste en un desvanecimiento que se alcanza al llegar al clímax máximo. El mundo oriental, origen de la filosofía tántrica, dice que es debido a que completan los nueve niveles del orgasmo que se asegura que tienen las mujeres. Si consideramos que, también según el mundo oriental, el hombre occidental solamente estimula a la mujer hasta que ésta alcanza el nivel cuarto, ¿te piensas quedar de brazos cruzados? Con el Slow Sex, está en tus manos alcanzar un completo bienestar físico y mental a través del sexo… y si es en un hotelito rural mejor que mejor. ¡Tú mismo!
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