¿Resulta congruente que un producto sea ecológico pero que recorra medio mundo para llegar hasta tu plato? La respuesta es un rotundo no, pero hemos llegado a un punto de bombardeo de productos ecológicos y de desinformación por igual, que conviene aclarar. El otro día en el mercado encontré manzanas ecológicas que venían de Argentina y kiwis también ecológicos, procedentes de Nueva Zelanda. Para llegar a España, la manzana ha recorrido unos 10.000 kilómetros, por los más de 18.000 de los kiwis. En el caso de que vengan en un avión de carga (como ocurre con muchas frutas, verduras u hortalizas) emitirían 1.100 kilogramos de CO2 y 2.035 respectivamente. Para hacernos una idea comparativa lo más gráfica posible, traer una manzana en esas condiciones desde Argentina a España puede conllevar el mismo gasto energético que mantener una nevera encendida durante 105 años. Por su parte, traer un kiwi de Nueva Zelanda, por muy ecológico que sea, puede equivaler a más de 8.600.000 cargas de un móvil. Si tenemos en cuenta que se han producido de manera natural, sin aditivos químicos, evidentemente que son ecológicos. Sin embargo, teniendo en cuenta los gastos que conlleva su transporte, no se puede hablar de ECO de ninguna de las maneras. Y el problema es que se genera una confusión que lleva a muchos equívocos.
Los alimentos ecológicos deben tener dos componentes claramente intrínsecos: valor local de proximidad y estacionalidad o temporalidad. En las últimas décadas nos hemos acostumbrado a consumir cualquier tipo de fruta, verdura u hortaliza en cualquier época del año, cuando hasta hace más bien poco (algunas décadas) esto era impensable. La producción de alimentos tiene sus ciclos naturales que hay que respetar y que hacen que cada época del año sea adecuada para unas determinadas condiciones. El lugar es otro factor clave, ya que las características climáticas, de los suelos o del agua del entorno influyen a la hora de que se den unas variedades u otras. El auge de los transportes con el boom del petróleo no ha influido sólo en la movilidad de las personas, sino también de los alimentos, modificados genéticamente en muchos casos para que duren más, aguanten mejor ante cualquier condición y se produzcan durante todo el año.
A eso hay que añadir otro factor, que va en contra de lo que debe ser un producto ecológico. El sobrecoste del transporte incide fuertemente en el precio de los alimentos, que además suele ser mayor en países con menor renta per cápita que en las economías más industrializadas, aunque son estas últimas las que se aprovechan de las primeras y las que más promueven largos desplazamientos para surtir las despensas y neveras todo el año. Según el Banco Mundial, en un país como Argentina los costes logísticos de transporte representan entre el 18 y el 32% del valor de los productos, por el 9 ó 10% que puede suponer en Europa. Y eso que la crisis económica, ahora mismo, está apretando mucho más en Europa que en la mayoría de países sudamericanos. Si esa diferencia ocurre con Argentina, mejor no pensar en otros países con mayores dificultades.
Al final se trata de un problema de desinformación y crear conciencia. Se trata de promover productos ecológicos, más respetuosos con el entorno, pero también locales y de temporada. Se tiende a creer que los productos ecológicos son más caros, pero sencillamente tienen unos procesos diferentes que conllevan mayor tiempo de producción, normalmente más mano de obra, menos cantidad obtenida final y, en general, suponen una apuesta clara por la calidad y nuestro bienestar. Apoyándolos también apoyamos variedades autóctonas típicas de los lugares en los que vivimos que no debemos perder y, sobre todo, la economía local y la salvaguarda de nuestra esencia rural. Los productos km0 de Slow Food, de la que ya hemos hablado anteriormente, son una iniciativa muy a tener en cuenta en este sentido, con una aplicación empresarial en forma de restaurantes que los promueven, que viene a demostrar que hay otra forma de hacer un negocio justo con los alimentos.
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Completamente de acuerdo, la agricultura ecológica está sucumbiendo a los manejos del mercado de la oferta y la demanda.
Es importante tener en cuenta un valor de los productos que consumimos,que pocas veces se tiene en cuenta. En el caso de los productos de alimentación el factor social es importante, debemos apostar por proyectos de calidad, que respeten el medio ambiente y también que dinamicen las zonas donde se establecen, fijen población rural y ayuden a crear empleo y riqueza.
Saludos
Totalmente de acuerdo.
En nuestra finca producimos corderos a la antigua usanza (más ecológicos imposible), además al ser una actividad que viene complementada con los ingresos turísticos, intentamos ser auto-suficientes (cosa que conseguimos 9 de cada 10 años)ya que mantenemos una cabaña acorde con las posibilidades de la finca (sin sobre explotación).
Estamos en una isla (Mallorca) y el exceso de importación (no somos ni de lejos auto-suficientes en materia de alimentación) ha provocado que el producto que viene de fuera (en nuestro caso cordero, pero aplicable a la mayoría de productos agrícola-ganaderos) al final es el que regula el precio del mercado.
Entiendo que los costes o sistemas de producción en otras zonas del planeta permitan que el producto final puesto en nuestra isla resulte más económico que el mismo artículo de producción local. Pero que no lo intenten vestir o adornar con atributos ecológicos o sostenibles. Porque, a la vista de los datos que nos facilita Javier, ya me diréis que tiene de sostenible un cordero criado en Australia, sacrificado en un barco de camino a Europa y servido en un hotel de Mallorca. O como me comentaba recientemente un cliente, un vino ecológico mallorquín degustado en Nueva York.
Gracias Javier por clarificar estos aspectos y facilitar datos tan concluyentes.
Un saludo
Hablais de productos ecológicos, pero NADIE comprueba que esos productos, tanto los locales como los aforados LO SON. por lo que yo sé, nos llevaríamos una desagradable sorpresa si analizásemos los frutos (ecológicos) que tenemos en Galicia, lo dicho:CUANDO ALGUIEN SE VA A RESPONSABILIZAR DE ESTA SITUACION? Y CUANDO NOS VAN A DAR LO QUE NOS COBRAN Y ANUNCIAN?.